Manzana prohibida
Cada día al esconderse el sol y dar paso a la noche salgo de mi refugio,
para estar parada en una esquina, que es
lo que me toco vivir ,me dicen la
manzanita como la fruta jugosa y durita
que todos quieren comer tan solo por unas moneditas .
Cada noche soy la única parada en una cuadra porque no
hay otras frutas que me hagan la competencia, aunque ya parezco una manzanita
arrugadita, muchos aun me desean y me comen hasta satisfacer su hambre.
Una de esas noches vino a mí un joven de 14 años más o
menos, tenía hambre de deseo, entonces yo muy amable por unas moneditas lo deje
satisfecho y con una sonrisa de oreja a oreja, porque era su primera vez y
sentía que ya era un hombre para la sociedad.
Le habré gustado tanto a ese chiquito, que venía una y
otra vez hacia mí, y aunque como siempre me dejaba mis moneditas, también me gustaba como me comía y
disfrutábamos juntos, porque ambos éramos muy tiernos.
Pasaron 2 años y el joven ya tenía 16, pero aún me visitaba
y me comía ,y me comía una y otra vez, aunque a veces no le alcanzaban las
moneditas el movía la cabeza de un lado a otro para que lo entendiera, yo
seguía con el porqué ya me había enamorado.
El tiempo pasaba y aunque otros por moneditas también
podían comerme, no me sentía bien, pero sabía que eso era lo que me toco vivir,
y aunque me quedaba poca fuerza, siempre trataba de seguir parada y firme como
lo hago en mi esquina.
A pesar de mi tristeza, me sentía un poquito feliz de ese
chiquito que me visitaba al menos 3 veces a la semana .Cuando sabía que vendría
a verme, me maquillaba y me ponía mi mejor traje de manzanita para verme más
bonita para él y así no se canse de venir a buscarme
Y aunque el tiempo pasaba yo me arrugaba cada día más, en
cambio él se hacía hombre y ya era mayor
de edad y aunque aún me visitaba, lo sentía un poco raro, y le pregunte porque
estaba así, entonces él se quedo hasta tarde conmigo y me contó lo que estaba
pasando.
Un día paseando por el centro de la ciudad de Iquitos vi
al chiquito muy cariñoso con mujer de su edad, al verlo mis ojos no pararon de
llorar y me dolía no poder hacer nada para impedirlo porque sabía que solo era
su manzanita.
Yo tenía solo una amiga a la que le podía contar mis
cosas y era Rosa, qué era también una frutita, le conté todo y lo primero que hizo es poner una cara de pocos amigos, que yo
la entendí rápidamente, y verbalmente me dijo que me olvide del chiquito y sepa
cuál es mi lugar y que lo deje ir porque tú podrías ser su madre o abuela, me
quede calla y me fui pensando que tenía razón.
Como de costumbre lo estaba esperando como toda una
manzanita que espera su gusanito para que se la coma por dentro, pero nunca
llegó y era la primera vez que me quede con las ganas de verlo, pero mi corazón
sabía el porqué no llegaba. Pasaron los días y no se apareció más por mi
cuadra, aunque siempre lo esperaba hasta
tarde con la esperanza de que venga a mí como la primera vez, él no volvió.
Entonces recordé lo que me dijo Rosa y lo repetía una y otra vez como si ella
me lo estaría diciendo.
Desde ese día aún
la gente come manzanita por unas moneditas como de costumbre, pero yo
quisiera que me coma solo aquel chiquito que tuvo su primera vez conmigo y seguiré esperándolo en mi cuadra hasta que
ese día llegue, ¡ojala no sea muy tarde!,y que Rosa no me joda.
Alminagorta Via y Rada ,Enzo
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