El AMOR PERDIDO
Todos los días se levantaba muy temprano para iniciar con sus actividades. Karla era una periodista, que vivía sola en un departamento en Nueva York y trabajaba en un programa semanal en el canal de televisión con más credibilidad del país; ella se encargaba de hacer grandes reportajes con temas de gran interés en el público, ya sean políticos, culturales, económicos, sociales, etc.
Una mañana el productor del programa la mando a llamar su oficina, para conversar, ver los temas que tenían que trabajar durante la semana y así el domingo siguiente tener una gran programación como siempre y de pasada ganarle en rating a la competencia que había tratado de imitar su estilo periodístico.
La conversación que tuvieron fue acerca de un tema especial y de gran interés humano que según Charley, el productor; iba lograr generar una gran audiencia; se trataba de una mujer de setenta años que había estado esperando que se supiera el paradero de su esposo que fue dado como desaparecido en una guerra hace cincuenta años y en todo ese tiempo cada fecha que rememoraba su partida iba a la estación de tren donde se despidieron y se vieron por última vez.
Karla le dijo a su productor que le parecía absurdo que una mujer haya perdido tanto tiempo esperando a alguien que seguramente estaba muerto y que no le parecía aceptable que no se hubiera vuelto a casar, haber tenido otros hijos, ya que tuvo un hijo fruto de su primer, gran y único amor y volver a ser feliz con alguien, solo por esperar a un difunto; pero si quería que hiciera ese trabajo lo haría a pesar de no considerarlo un gran tema para el programa.
Un poco desconcertado por la actitud de la periodista, Charly se encontró por los pasillos del canal a la asistente del programa y mejor amiga de Karla y le contó que no podía creer que fuera tan insensible con un gran historia de amor, le dijo que ella no consideraba correcto que una mujer haya pasado tanto tiempo de su vida esperando a alguien que ya estaba sin vida y había perdido la oportunidad de volver a ser feliz por un amor ya muerto.
Verónica, la asistente, fue por la tarde a la casa de Karla para ver una película y para hablar acerca de lo que el productor le había contado sobre su reacción ante la historia de amor. Charley me dijo que eras una insensible por la actitud que tomaste acerca del amor perdido de la mujer de setenta años, que considerabas absurda la pérdida de tiempo de seguir esperando a alguien que ya estaba muerto, y que por eso había perdido la oportunidad de volver a ser feliz
“No puedo creer que fueras tan dura al criticar esa gran historia, no te das cuenta que todavía hay personas en el mundo que creen en el amor verdadero que dura por siempre, ese amor que es capaz de esperar por años y no volverse a enamorar por la fidelidad y la promesa de esperar por siempre, para volverse encontrar y ser felices por toda eternidad” dijo Verónica a su amiga Karla que tenía lágrimas de vergüenza y de pena sobre las mejillas.
Por: Gissela Carhuamaca Portillo
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