domingo, 18 de noviembre de 2012

Alucinaciones monstruosas


Suele suceder que muchos sufrimos visiones aún cuando no estemos dormidos. También suele pasar que esas ofuscaciones llegan a la realidad, en forma de espectros, es decir, entes oscuros y tenebrosos que se encargan que tus pupilas se dilaten, que la respiración se corte, que tus brazos y piernas ya no respondan a tus órdenes y caigas victima de tus propios fantasmas o incluso que tus seres queridos sean quienes reciban el castigo en vez de ti.

Los fantasmas nunca me asustaron, adoraba todos los temas relacionados a actividades paranormales, estudiarlos e investigarlos era parte de un hobby que poco a poco se transformo en un oficio e incluso pertenecí a un grupo entregado totalmente a los estudios paranormales en mi país.

 Solía vivir en una modesta morada donde los entes eran parte de mi entorno,existían las ocasiones en que no podía dormir bien gracias a ellos, las cosas que se movían por propia voluntad, las sombras que merodeaban por cualquier lugar pasando velozmente, eran situaciones que ya eran parte de mi vida cotidiana.

Sin embargo, toda esta rutina desapareció el día en que unos amigos llegaron a mi hogar para visitarme, ansiosos de quedarse toda la noche a la espera de poder presenciar estos encuentros paranormales. ¡Ja! si los hubieran visto, eran como unos niños ansiosos por su chupetín, la baba caía de su boca por las ansias de encontrarse con los espectros, y sus deseos se cumplieron.

Tuvieron la brillante idea de traer una Oujia, ese tablero maldito del cual muchos temen y que por supuesto yo estaba dentro de ese grupo, nunca me pareció adecuado perturbar la realidad de los espectros, podría traer consecuencias. A pesar de eso, mis compañeros continuaron con su osada jugada. Colocaron el tablero en el suelo, las luces estaban apagadas, solo nos alumbraba una pequeña vela, y así el ritual empezó.

Las sensaciones eran las de siempre, pero había algo distinto, fuerzas muy oscuras se apoderaban de la habitación, no eran los mismos entes que siempre estaban conmigo, era como si hubieran sido espantados.La puerta de la habitación comenzó a temblar, las ventanas se movían, como si fuera un pequeño temblor, oímos que afuera se cayó un florero, y finalmente una risa diabólica llegó a la habitación apagando la vela que era la única que nos alumbraba.

Aterrados todos, utilice el encendedor que tenía en mi bolsillo, pero el fuego comenzaba a esfumarse de a pocos, como si alguien estuviera soplándolo,y sucedió así, el fuego se apagó.

De pronto los gritos de mis compañeros eran aterradores, no podía ver nada, ni poder ayudarlos, sentí que abrieron la puerta y comenzaron a correr, yo intente seguirlos, hasta que todos se dividieron y en cada rincón que se encontraban los gritos aumentaban, una de las voces de mis compañeros comenzaba a deformarse, adquiriendo un tono más tétrico.

Intente juntarlos a todos pero cuando fuimos a ver a este compañero, el volteo con los ojos blancos y una risa malévola, y con una simple palabra "están condenados" perdí el conocimiento sin saber que paso con mis compañeros.


Al despertarme, me encontraba en un hospital, con gente alrededor, familiares, personas cercanas a mis compañeros de aquel día y el jefe de la policía, había estado dormido desde hace 1 semana en ese hospital, y me anunciaron que cuando me recuperara iba a ser detenido y llevado a juicio por el asesinato de mis amigos, al parecer no perdí el conocimiento como sentí en ese momento, me comentaron que me encontraron con los cadáveres de mis amigos y yo estaba con un cuchillo de cocina en mis manos, con sangre por toda las partes de mi cuerpo y repitiendo la frase "están condenados" hasta desvanecer recién en ese momento.

Que tragedia, no podía decirles lo que presencia en ese momento, mi encuentro con satanás  aunque seguro no tardarían en averiguarlo porque la oujia con la que jugamos ese trágico día, ya estaba en materia de investigación, sin embargo, yo iría a la cárcel por jugar con la realidad de los espectros.


Samuel Moreno Luna

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