domingo, 18 de noviembre de 2012

Nada dura para siempre


Aún recuerdo cuando lo vi a ese pobre de Gabriel siendo abofeteado por varias mujeres cerca de la universidad, en realidad, no pensé que terminaría un sujeto con mucho talento siendo humillado en la vía publica de esa forma.

Tenía entendido que el tipo aparte de sus talentos para la escritura (Algo que por supuesto no comparto la misma opinión) se las daba de galán con cualquier damisela que conocía. Sin embargo, esto tuve que comprobarlo por mi cuenta y no basarme en simples rumores.

A Gabriel lo conocí una de esas veces en el que alguien te pregunta "¿Oye conoces tal lugar?"  y sirviendo de guía al lugar donde él quería ir, entablamos una conversación ligera, un tipo muy correcto, eso no hay que negarlo, sin embargo cada persona siempre guarda algo de misterio en su persona.

Al llegar a una parte de la residencial San Felipe donde era el lugar de encuentro con su novia, cumplí con orientarlo pero a pesar de eso, mis ojos no escaparon de lo que vi seguido de eso.

La mujer, que aparentemente era su pareja, sin pensarlo le metió una cachetada, y entre reclamos le hablaba sobre otra chica, la cara de Gabriel era una mezcla de nervios y querer huir lo más rápido posible.

A pesar de sus deseos de huir, era demasiado tarde, dos mujeres más se incorporaron a Gabriel y su "pareja", todas con los ojos rojos y furiosos, como si todas fueran a despedasarlo en pedasitos.

El lugar se lleno de gritos y reclamos, parece que Gabriel había jugado con cada una de las mujeres presentes, y entre tanto griterío el no tenia tiempo de responder a cada uno, estaba atrapado, el tiro le salio la culata, no iba a salir ileso de ese lugar.

De pronto, los serenos que merodeaban la zona se percataron de eso y acto seguido se unieron para detener al grupo de mujeres que ya estaban golpeándolo al pobre de Gabriel. Por supuesto yo observaba con detenimiento esa terrible escena, de alguna manera quería reírme  pero a su vez sentía pena por esas pobres chicas y un poco por Gabriel.

Lo gracioso de esto es que a las finales el pobre tuvo que salir huyendo con los serenos mientras las mujeres lo perseguían, y tuvo que ser colocado en la camioneta del serenazgo mientras las chicas seguían reclamando.

Pobre Gabriel, aún lo veo, pero el cree que nadie de sus conocidos presenció esa escena, es una lástima que no me haya largado tan rápido de ese lugar y presenciar un espectáculo tan divertido digno de un programa al estilo "Laura Bozzo"


Samuel Moreno Luna

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